Ioannes De Pineda Societatis Jesu, Commentariorum in Job Libri Tredecim: Quibus, Pr Ter Luculentam Hebraici textus Interpretationem, & Copiosam Auctorum, Tum E Sacram tum E Prophana Schola Annotationem, Ipsa Versionis Latin Vulgat Auctoritas Asseritur: Pr fationibus Ad Singulos Libros;
Venetiis, M. DC. II Apud Societatem Venetam, 1602. [34 x 25 cm]. [88], 418, 1, [68], 690, 1 h. de grabado xilográfico. p. ; Fol. Buen estado. Obra completa. Papel verjurado. Hojas limpias. Buen impresor. Solo algo de óxido y pequeñas manchas de humedad y tinta en pocas hojas, también alguna otra mancha esporádica de distinta naturaleza. Algún corte y laguna esporádica. Bellas letras capitulares. Bonitas cabeceras y cul-de-lamp grabados. Marca tipográfica en portada con vista que representa la ciudad de Venecia. Texto a dos columnas. Apostillas marginales.
Encuadernación original en pergamino de época sobre tabla con tejuelo en lomo. Curioso sello exlibris de la biblioteca pública de Southampton con fecha de 1922 y nota de propiedad de 1877 en la misma ciudad. Gofrado en portada de la biblioteca pública en margen inferior. Obra escasa en comercio.
La obra es una completísima disección del libro de Job, analizando y comentando cada versículo y acabando con una paráfrasis de cada capítulo, siempre desde el punto de vista de un gran erudito y exegeta católico como fue Pineda.
La estructura de la obra es la siguiente:
-Versículo – Comentario – Versículo – Comentario…
-Fin de capítulo y paráfrasis.
Incluye grandes índices e índices referentes a los lugares bíblicos.
Es también curioso que en todo el antiguo testamento no se mencionan las pirámides egipcias, excepto quizá en el propio libro de Job 3:13-14, aquí Pineda si menciona (o por lo menos la posibilidad) de que se refiera a los funerales egipcios. También es reseñable que la única plancha xilográfica sea una pirámide, aunque seguramente no tenga relación (o si), no tuve tiempo a investigarlo.
El Autor:
Pineda, Juan de. Sevilla, 1557 – 27.I.1637. Jesuita (SI), escriturista y célebre predicador.
Antes de entrar en la Compañía de Jesús, había estudiado en el Colegio de los jesuitas de Sevilla. Posteriormente, prosiguió su formación como miembro del Instituto ignaciano, a través de los años de la Teología en el Colegio cordobés —entre 1577 y 1581—, donde muy probablemente habría realizado las disciplinas correspondientes a Artes en el trienio anterior.
A partir de 1581, comenzó su carrera docente a través de la enseñanza de la Filosofía en el Colegio de Granada —entre 1581 y 1584—; prosiguiendo con la Latinidad en el de Cádiz, en los dos años siguientes; regresando a Sevilla, al Colegio de San Hermenegildo, entre 1586 y 1591. A partir de esa fecha, se dedicó al magisterio específico de la Sagrada Escritura.
Para ello permaneció en Córdoba —entre 1591 y 1595— y Sevilla, al menos hasta 1600. Años después habría de participar del inicio de los Estudios Reales, en el Colegio Imperial de Madrid, en el mismo año de 1629 en que, tras mucha polémica por parte de las Universidades, comenzaba la andadura de sus cátedras.
Fueron años en los que pudo preparar la publicación de sus obras, en los que pudo ejercer el ministerio de la palabra —tanto en el confesionario como en el púlpito en su condición de predicador—; sin olvidar gestiones que realizó durante su estancia en la Corte madrileña. Predicaba, por ejemplo, en el Colegio de los Ingleses de Sevilla, dirigido por los jesuitas, a la muerte de Luisa de Carvajal en 1614, aquella mujer que había viajado en solitario a Inglaterra nueve años antes, en busca de un martirio que nunca llegó.
Viajó Pineda a Roma, en 1603, para asistir a la congregación de procuradores. Cuenta Pacheco, en su libro de retratos, que aprovechó la ocasión para sacar de la Ciudad Eterna numerosas reliquias que fueron depositadas en su colegio. Entre otros cargos de gobierno que ejerció, Pineda destacó como prepósito de la casa profesa de Sevilla, entre 1610 y 1614; además de rector de Colegio de San Hermenegildo, en un nuevo trienio, entre 1622 y 1625. Fue, por tanto, uno de los jesuitas más destacados en aquel período de entre siglos, en el camino hacia el siglo XVII y en una de las principales capitales jesuíticas de España, es decir, Sevilla.
Participó de las controversias que se desarrollaron en Sevilla sobre la Inmaculada Concepción en aquellos primeros años del siglo XVII, ofreciendo la edición de un opúsculo fundamentado por textos bíblicos para la defensa del misterio de la Inmaculada Concepción. Era el año 1603, tiempo antes de que en Sevilla los frailes dominicos se constituyesen en una clara oposición. (dbe.rah.es)
Obra:
Como otros muchos jesuitas que destacaron en el estudio y en el conocimiento de las lenguas, Pineda contó con un dominio sobre las propias de las disciplinas bíblicas. Así, su docencia, le permitió realizar una obra como los Comentarios a Job, unas páginas que fueron constantemente reeditadas, incluso en el siglo XIX —la última de ellas en 1859—. Sus aportaciones fueron muy elogiadas por los exegetas que eran contemporáneos suyos, incluso por los que eran protestantes. (dbe.rah.es)
Interesante artículo con referencias a Juan de Pineda y como Quevedo Álava la obra de Pineda, mencionando además como los “commentariorum in Job” fueron la fuente de inspiración para su obra ascética “La constancia y paciencia del santo Job”, publicada póstumamente en 1713.
– https://www.jstor.org/stable/435517#metadata_info_tab_contents